Se acerca la época de fin de año y con ella los rituales que invitan a la reflexión, la gratitud y la visualización de objetivos para el año siguiente, como son: los mapas de sueños, rituales de acción de gracias, tablero de visión, resoluciones de nuevo año, entre otros.
Aunque para muchos puede sonar cliché, hacer una autoevaluación de lo vivido en un momento de nuestras vidas y tomar estas reflexiones para plantearnos nuevos objetivos, es una herramienta de mucho valor. Hacerlo nos acerca a vivir una vida más consciente y con propósito, en lugar de seguir en piloto automático, dejando que las cosas simplemente sucedan como vengan.
Hacer este ejercicio, en cualquiera que sea el formato, es un acto de introspección y apreciación que nos permite identificar y comprender nuestros logros y desaciertos, necesidades y asuntos pendientes, para impulsarnos a seguir creciendo en las distintas áreas de importancia para nosotros. Te comparto algunas recomendaciones para hacer este ritual reflexivo antes de que termine este año:
- Al momento de autoevaluar tu año incluye: aquello que agradeces haber logrado; aquellas situaciones que no salieron bien y de las cuales aprendes; y aquello que aún está en proceso. Esto te permite mantener una visión completa y realista, sin limitarte solo a los aspectos negativos o positivos.
- Trata de mantener una actitud empática hacia ti mismo. No se trata de juzgarte o criticarte por aquellas cosas que no salieron bien o no lograste, sino de aprender de ellas.
- Asegúrate de visualizar una vida que se caracteriza por el bienestar integral. Muchas veces caemos en la trampa de dedicarle toda nuestra atención a lo profesional o lo académico, y nos olvidamos de otros aspectos de nosotros que tienen la misma o mayor importancia, como son: nuestra salud, la familia, tiempo personal, espiritualidad y otros. Piensa en cuáles son las cosas verdaderamente importantes para ti e incluye objetivos en cada área.
- Define metas claras, específicas y alcanzables, siendo amable y flexible contigo. Evita metas demasiado ambiguas que se diluyan y también metas demasiado exigentes que te presionen de manera negativa.
- Haz estos ejercicios por escrito o en imágenes. Déjalo plasmado y asentado en algún lugar. Cuando lo hacemos solo en la mente, se pierde en todos los otros pensamientos que tenemos en el día.
- Asegúrate de que lo que te propones se alinea a tus valores y nace de tu autenticidad. Ese potencial y crecimiento no son los definidos por estándares externos, sino aquellos que representan tu esencia.
Te invito a incorporar a tu vida estos rituales y a darles seguimiento a lo largo del año. Es algo que me ha funcionado a mí y a muchas de las personas a quienes acompaño a vivir vidas más conscientes, plenas y abundantes. Sea cual sea el formato que elijas, convierte esta actividad en un dialogo contigo mismo/a desde la sinceridad, la esperanza y el amor propio.
Perla Navarro Vásquez, M.A.
Psicoterapeuta y Directora de Altus SMD
IG: @perlanavarrovasquez
www.perlanavarro.com