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Diabetes pregestacional: cuídate y evalúate antes de concebir

Según las guías actuales de la Asociación Americana de la Diabetes, la diabetes gestacional debe establecerse a partir de la semana 24-28 de gestación. 

 

La diabetes gestacional conlleva riesgos para la madre, el feto y el recién nacido. Se habla de diabetes gestacional cuando a la madre le realizan la Prueba de Tolerancia Oral a la Glucosa con la ingesta de 75 g de glucosa anhidra en las semanas mencionadas, con medición de glucosa plasmática en ayunas, a la 1 y 2 h, en personas sin diagnóstico previo de diabetes.

 

El diagnóstico de diabetes gestacional se realiza cuando se alcanza o supera cualquiera de los siguientes valores de glucosa plasmática:

 

  • En ayunas: 92 mg/dL
  • 1 h: 180 mg/dL
  • 2 h: 153 mg/dL

 

Lo más importante es prestar atención a los factores de riesgos como forma de prevención, tales como: sobrepeso u obesidad, falta de actividad física, prediabetes, diabetes gestacional en un embarazo previo, bebé previo mayor de 9 libras, síndrome de ovario poliquístico y miembro de la familia como padres con diabetes. En estos casos debemos acudir a cambios del estilo de vida, comer saludable, ejercicios y la reducción de al menos 10 % de peso antes de quedar embarazada.

 

Las consecuencias para la madre:

 

  • La hiperglicemia materna resulta en hiperglicemia fetal, y al nacer con la interrupción de la glucosa se produce un aumento de secreción de insulina en el páncreas fetal, llevando a hipoglicemia neonatal. Niveles maternos de glicemia mayores de 125 mg/dl durante el parto, incrementan el riesgo de hipoglicemia en el recién nacido, la cual puede prolongarse hasta después de las 48 horas de vida y comprometer la vida del paciente.

 

Las consecuencias para el feto:

 

  • Las anormalidades en la función cardíaca están presentes en el 30% de los hijos de madre con diabetes, e incluye la hipertrofia septal interventricular y la cardiomiopatía.
  • Mayor riesgo de padecer el síndrome de dificultad respiratoria del recién nacido, requiriendo en muchos casos soporte ventilatorio. La incidencia de asfixia perinatal es mayor en las gestantes diabéticas, con mayor frecuencia en gestantes con pobre control glicémico durante el tercer trimestre del embarazo, comparado con gestantes con buen control glicémico.

 

Muchos recién nacidos hijos de madre con diabetes presentan hipoglicemia neonatal. Los signos y síntomas son inespecíficos: respiración rápida, sudoración, temblores, irritabilidad y convulsiones. La meta debe ser la prevención de la hipoglicemia neonatal, manteniendo adecuado control glicémico durante la gestación.

 

El bebé puede tener también alteraciones hematológicas y de algunos micronutrientes. Otros tejidos vasculares también pueden estar comprometidos como el renal, el intestinal y el pulmonar, anemia y alteraciones de la bilirrubina. El hijo de madre con diabetes está expuesto a cambios neurológicos tempranos, dados por asfixia perinatal, alteraciones metabólicas y mayor riesgo de diabetes en un futuro.

 

Después de las 6 semanas deben repetirse las pruebas para evaluar el estado metabólico.

 

Las recomendaciones nutricionales van a depender del estado nutricio de la paciente. Nunca deben llevar planes dietéticos restrictivos muy bajo en calorías.

 

Las pacientes con diabetes gestacional deben comer hidratos de carbono complejos como: víveres, arroz con vegetales o granos, pasta y pan integral en cantidades suficientes. Las proteínas deben ser bajas en grasas saturadas, nada frito y preferir el horneado, plancha, freidora de aire o al vapor. Deben preferirse las grasas saludables como aceites vegetales, aguacate, nueces, aceitunas o margarina. Toda comida debe ir acompañada de verduras crudas o cocidas, como lechugas, tomates, apio, berro, brócolis, coliflor, zanahoria, berenjena, entre otras.

 

Toda mujer con este diagnóstico debe evitar los jugos, dulces, bizcocho, mermeladas y bebidas azucaradas. Debe preferir las frutas en su estado natural y acompañarlas de nueces o yogurt descremado.

 

Lo ideal es planificar los embarazos en pacientes con alto riesgo. Iniciar al menos un año antes para lograr la reducción de peso de al menos 10% del peso inicial de la paciente si hay sobrepeso u obesidad.

 

Este siempre es un factor de riesgo agregado a las mujeres con este antecedente.

 

Aquí algunas recomendaciones:

  • Acudir al médico un año antes del tiempo planeado para su embarazo.
  • Asistir a un nutriólogo clínico experto para optimizar el peso.
  • Realizar cambios del estilo de vida en la dieta y el ejercicio e involucrar a toda la familia.

Jenny Cepeda – Nutrióloga de CEMDOE


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