Hace unos días compartía en Instagram que hasta que no encontramos en qué somos geniales, no seremos geniales, y me sorprendió ver que tan identificados se sintieron.
Evidentemente muchos me preguntaron o se preguntaron ¿y cómo yo encuentro esa zona de genialidad? Pues no sé si alguien haya diseñado una fórmula infalible para dar con esto en “simples pasos”, pues son procesos tan diferentes para cada individuo que no creo que haya un “how to” que nos funcione a todos. Lo que sí puedo hacer es compartirles mi historia y las preguntas que me hice, esperando que les pueda ser de guía en su proceso único.
Les cuento: recientemente tuve un taller presencial. Yo no puedo explicarles cómo disfruto esto. Estaba \»Iin the zone\», enseñando, haciendo reír y conectando con un grupo de deportistas espectaculares. Al final del taller recibí feedbacks hermosos como “Patricia, tú naciste para esto, en ningún momento te sentimos extraña, es como si te conociéramos de toda la vida”. He aprendido a escuchar muy atentamente y recibir estas retroalimentaciones pues me confirman mi zona de genio.
¿CUÁNDO COMENCÉ A DESCUBRIRLA?
Hace 5 años tuve una sesión con una coach de carrera que me ayudó a darle para atrás y ver en qué me destacaba desde niña. En ese ejercicio le conté que me alfabetice “sola” un año antes que mis compañeros; incluso recuerdo ese día la expresión de la profesora que me dijo “¿qué dice aquí?” y al leerle ella miró a la coordinadora y le dijo “ella ya sabe leer”, con una cara de sorpresa. o, me salté un curso y salí con 16 años del colegio. ¿Qué vimos la coach y yo aquí? ¡Un talento innato para la comunicación!
Más adelante de forma más intencional comencé a anotar como mis clientes de asesoría me retroalimentaban: “me motivas”, “eres muy empática y sabes por lo que estoy pasando”. Tras esto comencé a pegar estas notas en mi espejo y conecté con comunicación + educación + acompañamiento y motivación.
Luego ubicamos como a través del tiempo en el colegio, cursos y demás, era la estrella de las exposiciones; o sea, que mi amor y habilidad de comunicación en todos los sentidos estaba confirmado. Ahí comencé a valorar este talento, pero aún no estaba conectada ni empoderada. Más adelante, cuando di mi primera conferencia y mi primer taller, vi cómo crecieron mi marca y mi negocio, entonces comencé a escuchar a mi red de apoyo, quienes insistían en que debía dejar ver más ese lado mío. Llevándome de esto, arranco a dar talleres y comienzo a recibir el feedback de que era fácil y divertido aprender conmigo.
Una cliente incluso me dice “siempre has tenido ese lado de profesora” y ahí recuerdo que fui profesora para mantenerme mientras emprendía y que de pequeña les daba clases a los peluches en mi casa jugando. Entonces se fue enlazando: comunicación + educación.
Luego, al sentarme a diseñar mi historia, ese “de dónde vengo y cómo llegue aquí”, pude ver cómo en ella estaba escondido por qué amo hacer todo esto con y para mujeres, ya que mi propósito es ayudar a la mayor cantidad de mujeres posibles a superar las barreras de desigualdad de género que nos mantienen dependiendo de otros económicamente, que nos mantienen vulnerables, desmotivadas ante la culpa y separadas por la noción de que somos competencia las unas entre las otras; es que decir motivarlas, educarlas a través de marca y desarrollo personal a vivir al máximo de su potencial y vivir como quieren, era vivir conectada con mi propósito y mi zona de genio. Por esto con el tiempo fui enfocándome más en dar servicios donde podían conjugarse ambos, e inicié a cerrar capítulos para abrir nuevos en los cuales pudiera escribir mejor.
Otros económicamente, que nos mantienen vulnerables, desmotivadas ante la culpa y separadas por la noción de que somos competencia las unas entre las otras; es que decir motivarlas, educarlas a través de marca y desarrollo personal a vivir al máximo de su potencial y vivir como quieren, era vivir conectada con mi propósito y mi zona de genio. Por esto con el tiempo fui enfocándome más en dar servicios donde podían conjugarse ambos, e inicié a cerrar capítulos para abrir nuevos en los cuales pudiera escribir mejor.
Sin embargo, son los mentores, los coaches, los procesos de salud mental, de crecimiento y las relaciones que me mantienen conectando y dando los pasos valientes hacia mí. Espero que tu proceso caótico comience pronto o haya comenzado, y que con amor y compasión inicies a escuchar a quienes te aman y te valoran, pero sobre todo que no fuerces y confíes en que las respuestas van a llegar, solo tenemos que estar atentas y presentes para nosotras.
Por: Patricia Peña