El verano es la época más esperada para descansar y divertirse con los niños. Es el tiempo ideal para organizar actividades en familia, conectar con los hijos y crear recuerdos lindos de aventuras y diversión. Sin embargo, la flexibilidad con las rutinas y los cambios de ambientes pueden impactar negativamente en el bienestar de los niños.
Es necesario tomar en cuenta los siguientes puntos para asegurar unas vacaciones agradables, respetando las necesidades de los niños.
- Organizar actividades divertidas en familia
Reservar momentos específicos para estar con los hijos, con presencia y atención plena. En esos momentos, es necesario desconectarse de la tecnología para conversar, mirarse, y divertirse. Es el momento de estar y compartir, sin trabajo, compromisos, o pendientes. Esos momentos son para que todos puedan estar plenamente presentes y atentos.
- Ser flexible con las rutinas y los horarios, sin perder la estructura
Durante las vacaciones, las rutinas y los horarios se tienden a flexibilizar, aunque es importante mantener una hora adecuada para despertarse en la mañana y dormir en la noche. También es necesario seguir con los mismos horarios de comer y merendar durante el día. Los niños necesitan una estructura en su día, por ejemplo, tener momentos de juego libre, momentos para usar la tecnología, y otros para salir al aire libre, etc. La consistencia y la regularidad ayudan a mantener el ambiente organizado y así los niños se sienten más seguros.
- Controlar el uso excesivo de dispositivos electrónicos
Las pantallas no deben llenar cada minuto del día del niño durante las vacaciones. Se ha comprobado que demasiado tiempo frente a una pantalla se ha relacionado con la falta de sueño, sobrecarga sensorial, problemas de conducta, falta de actividad, etc. No es necesario prohibir las pantallas, pero es recomendable tener horarios y momentos establecidos para su uso. Esto también permite fomentar los momentos de juego libre, creatividad, e interacción con otras personas. Los niños necesitan un plan diario con diferentes actividades que les sirva de guía. Tener un plan específico de sus actividades diarias les da una sensación de estabilidad, seguridad, y también les permite saber qué se espera de ellos.
- Mantener un horario adecuado para despertar y dormir
Después de todo un año escolar con alarmas y rutinas estrictas para despertar y dormir, en verano los niños prefieren dormir tarde en la noche y se quieren despertar más tarde en la mañana. Sin embargo, necesitan dormir lo suficiente sin importar la época del año. Aunque hay momentos y días para ser flexibles, es recomendable mantener una hora regular para despertar y dormir.
- Mantener a los niños hidratados y con una alimentación saludable
El verano es el momento para jugar y participar en diversas actividades físicas, por lo tanto, la hidratación es clave, principalmente en esos momentos de mucha actividad y movimiento. Es imprescindible que tengan su botella de agua en todo momento y si es posible, recordarles que deben tomar agua a lo largo del día. De igual manera, es necesario que eviten el consumo excesivo de comidas grasosas, fritas, y dulces.
- Pasar tiempo al aire libre
El tiempo al aire libre es beneficioso para la salud mental y física de los niños, además de brindarles oportunidades para gastar energía, ejercitarse y relajarse. Hacer excursiones, ir a la playa, ir al parque, hacer un pícnic, hacer caminatas, son todas actividades que se pueden disfrutar en familia, fomentan el movimiento y son momentos ideales para conectar y fortalecer el vínculo entre padres e hijos.
- Campamentos de verano.
Los campamentos ayudan a mantener a los niños en movimiento, lejos de las pantallas, y ofrecen un espacio para realizar diferentes actividades divertidas que permiten a los niños desarrollar sus habilidades sociales.
Sarah Schettini
Psicóloga Clínica Infanto-Juvenil
Instagram: @sarah_schettini